Para mi la terapia es un encuentro con uno mismo. Un encuentro que permite aliviarse de lo que te está haciendo sufrir, de lo que te tiene confundido, entrampado, lo que te tiene insatisfecho.
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Lo primordial es querer estar mejor, querer cambiar de forma voluntaria y comprometerse en hacer el esfuerzo que se necesite para lograrlo. Y en general, eso se da cuando nuestro nivel de insatisfacción o de malestar es mayor a nuestro miedo a cambiar. Cuando ya no hay nada que perder, y hay mucho que ganar. El primer paso para encontrarnos con nosotros mismos es ser honestos y reconocer que estamos un poco perdidos y que necesitamos ayuda.
Y esa ayuda, puede venir en la forma de un proceso psicoterapéutico, en donde la terapeuta propicia un clima que permite que la persona que asiste se siente escuchada, segura, respetada, no juzgada. La terapeuta te va acompañando a explorar lo que sientes, lo que piensas, como actúas, que tendencias tienes en la mente, que te motiva.
Y esta exploración que es guiada por la terapeuta se hace a través de distintos medios como por ejemplo la conversación, el dibujo, el uso de visualizaciones, meditaciones, ejercicios de respiración o movimientos físicos, la escritura, la dramatización; dependiendo de las características de la persona y del problema que tiene.
Entonces la terapia se va construyendo entre la persona que consulta y la terapeuta, por lo que no es un proceso rígido, ni pre establecido. Es un proceso dinámico y que está guiado por lo que la persona desea aliviar o explorar. Porque la terapeuta no sabe lo que es bueno para ti, no va a decirte lo que tienes que hacer, o dejar de hacer sino que la misma persona que consulta por medio de ir observando lo que siente, como piensa, como actúa, como se entrampa, o boicotea que va encontrando las propias respuestas y con ello llega a encontrar soluciones o nuevas formas de funcionamiento y si no hay soluciones, aprende a estar en paz con ello que no puede cambiar.
Y esto es un proceso que requiere dedicarle tiempo y requiere compromiso con uno mismo, con el propio bienestar.
Y de a poco uno va sintiéndose cada vez más liviano, en cuanto al problema que te llevó a consultar, pero también en cuanto a las dificultades inevitables de la vida; porque uno ya se conoce más y tiene más recursos para recibirlas y por ello se enfrentan cada vez con más sabiduría, inteligencia y compasión y amor por uno mismo y los demás.
Es así, como la psicoterapia puede ayudarte a abordar las dificultades que al principio no sabías como abordar, ya no como obstáculos, sino como maestros que te impulsan en tu desarrollo y en tu autosanación.